Reflexión sobre las redes sociales

Junio 2024
Nos han creado una necesidad.
Hace algunos años viví en Estados Unidos, los primeros días de mi experiencia en tierra norteamericana publicaba fotos y videos en Instagram y Facebook sorprendida por los rascacielos, la comida, los coches, los deportes y un larguísimo etcétera.
Dedicaba tiempo a buscar la canción adecuada, las palabras, la ubicación y los hastags para que fuera una publicación bonita. Mucha gente me respondía, me preguntaba, yo amablemente explicaba como estaba siendo mi experiencia, todo lo nuevo que me iba encontrando y los días pasaban.
El segundo mes vivía cerca de Nueva York y cuando tenía tiempo libre me ponía mis zapatillas más cómodas y me iba a recorrer y descubrir La Gran Manzana. Recuerdo perfectamente que estaba subiendo las escaleras del MET con el teléfono en la mano publicando mis selfies en Central Park, respondiendo comentarios, creando el álbum bajo el título “Central Park” -porque es inmenso, uno de los parques más grandes del mundo y se necesitan varios días para verlo con detenimiento y en profundidad, ya que tiene zonas de juegos, para hacer picnics, embalses, áreas deportivas, una gran vegetación y sabía que otro día volvería.-
En definitiva, me encontraba en el Museo Metropolitano publicando sobre Central Park. Cuando entré a comprar las entradas del museo me giré y me percaté que acababa de subir unas escaleras donde se grabaron gran parte de las escenas de una de mis series favoritas Gossip Girl y por donde suben los artistas en la icónica Gala MET anual. No había apreciado lo que tenía a mi alrededor por estar pendiente de una pantalla iluminada, pendiente de lo digital ignorando lo real.
Me reñí a mi misma porque me pareció una falta de respeto al tiempo, pues no lo estaba aprovechando como debía. Acto seguido puse mi teléfono en modo avión y recorrí la historia del arte de todo el mundo a lo largo de más de 5000 años, un paseo por las civilizaciones antiguas hasta llegar a las modernas. Por supuesto que tomé fotos históricas como al Templo Egipcio de Dendur que data del año 15 a.C, a las obras de Vincent van Gogh, Jacques-Louis David, etcétera. Pero no las publiqué en Facebook, ni Instagram, de hecho, esa misma tarde las desactivé y borré las aplicaciones del teléfono.
Durante esos años viví experiencias increíbles, visité muchísimas ciudades, degusté infinitos platos de comida, me inicié en el lanzamiento de hachas, conocí a gente maravillosa, siempre siéndole fiel a la realidad, a las oportunidades que la vida me brindaba. Estuve casi tres años sin redes sociales y fue totalmente enriquecedor.
Cuando regresé a España y tuve más tiempo libre abrí Instagram y Facebook, empecé a crear contenido para esta página web, edité algunos videos y plasmé mi experiencia en los apartados Etapa en Estados Unidos y específicamente Nueva York con la finalidad de servir como guía para futuros turistas y sobre todo influir sanamente en aquellas personas que quieren vivir en otro país y tienen dudas o miedos. Yo siempre recomendaré vivir la etapa de emigrante e inmigrante porque es de las mejores aventuras que te puede ofrecer la vida. Lo que aprendes, sientes y creces no se puede comprar, ni comparar con nada anterior.
Ahora mismo, 16 de junio de 2024 me encuentro en un punto de mi vida complicado -que no es necesario relatar aquí- y creo que una desintoxicación virtual me hará un gran favor.
He regresado a mi pueblo y he retomado mis estudios, la investigación acerca de la educación emocional, tengo un proyecto con mi socia y mascota Atenea, he vuelto al gimnasio, a la dieta, a meditar y a reflexionar.
Me encantaría alcanzar mi mejor punto físico, mental y espiritual. Las aplicaciones sociales las veo como un obstáculo importante en mi camino, por esa razón vuelvo a cerrar todas mis redes sociales.
Esta página web la mantendré activa porque la necesito para dar ejemplo en los asesoramientos de nuevos autónomos y también mi canal de YouTube porque contiene material imprescindible para acompañar a mi discurso en los talleres de emprendimiento.
Antes de escribir este texto he buscado a los principales críticos de redes sociales y sorprendentemente me he encontrado con testimonios de algunas personas que ayudaron a crear Facebook.
Sean Parker cocreador de Facebook en el evento de Axios en Philadelphia en 2017 admitió que ellos, los creadores, sabían que estaban diseñando algo adictivo que explotaba una vulnerabilidad de la psicología humana” y lo desarrollaron ignorando los daños colaterales que eso iba a causar.
Chamath Palihapitiya ex ejecutivo de Facebook confirmaba que «Sólo Dios sabe lo que le está haciendo al cerebro de nuestros hijos» Como podréis ver en el video Facebook is Ripping Apart Society”, (Facebook está destrozando/matando la sociedad)
Este es un tema que da mucho que pensar y querido lector, lectora te invito a qué también te hagas las mismas preguntas:
¿Me beneficia o me perjudica tener redes sociales?
¿Pierdo o invierto mucho tiempo en redes sociales?
¿Necesito realmente tener redes sociales?
Yo imagino que las volveré a abrir cuando quiera hacer promoción de algunos proyectos que tengo en mente y espero poder crear. Pero hasta que llegue ese momento, solo puedo despedirme y desear lo mejor a todas las personas que me han acompañado a través de la pantalla estos últimos años.
Carolina Gascón