Creo firmemente que una vez en la vida es necesario sentirse emigrante (porque te vas de tu país) e inmigrante (porque llegas a otro país) para curar muchos prejuicios, aprender y crecer más como persona. Es importante vivir sensaciones totalmente diferentes a las conocidas.
Hablas y sueñas en otro idioma, pagas con nuevos billetes, celebras distintas tradiciones, juegas a más deportes, conoces gente de todo el mundo, te pierdes y te encuentras, añoras la zona de confort y un largo etcétera.
Mi trabajo final de grado en Filosofía, al igual que el proyecto del máster que estoy cursando trata sobre la necesidad de una educación emocional y el pensamiento crítico en las aulas escolares. Por ello, decidí empezar la aventura con el programa de Au Pair, ya que tendría la oportunidad de realizar un «trabajo de campo», experimentar en primera persona cuales eran las carencias afectivas que sentían los niños en sus casas, como eran sus conductas e impresiones y sobre todo las soluciones a los problemas.
Obtuve muchísima información y puse en práctica todos los modelos teóricos estudiados.
Mejoré mi nivel de inglés interactuando con nativos día a día.
Estudié cursos especializados en gestión de redes sociales y escritura para ampliar la parte curricular que tiene que ver con la información, la comunicación y el periodismo, en cuatro instituciones diferentes:
Princeton University en Nueva Jersey; Long Island University en Nueva York; English for internationals en Atlanta y Catholic Charities Atlanta.
– Mes previo a la aventura estaodunidense
– Experiencias de mis amigas Au Pairs.