2 de octubre de 2024
Hace dos meses empecé a trabajar en CaixaBank, para poder atender a los clientes debo acceder a sus cuentas —siempre con su autorización— y uno de los movimientos que más me sorprende que aparezca con tanta frecuencia en la razón social o el nombre del comercio lleva el mismo título que este texto, OnlyFans. Lo cual me parece aterrador desde un punto de vista ético, psicológico, feminista y social.
¿Qué es OnlyFans?
Todavía espero que lectores y lectoras que llegan a mis textos tengan desconocimiento sobre esta palabra.
OnlyFans es una plataforma de internet y aplicación del teléfono donde las personas —más común en mujeres— crean un perfil y suben contenido generalmente sexual o erótico, donde muestran imágenes íntimas, vídeos sensuales, incluso explícitos y cobran dinero por cada suscriptor.
Mucho que comentar:
En primer lugar, otro daño a causa de las redes sociales es la falsa transmisión de hacer dinero fácil, que haciendo poco —bailando, maquillando, promocionando algún producto— puede ser un trabajo a través del cual ganar dinero. Nunca he visto a ninguna influencer hablar de que madruga, labora 8 horas seguidas, se come un táper en el trabajo y la importancia que tiene cotizar en la seguridad social. Muchas redes sociales solo son espejismos de la realidad.
En segundo lugar, cuando algo se vende pasa a ser un producto. Por lo que comercializar con fotos y vídeos desnuda o incluso pornográficos es una forma de prostitución digital, en 4k—resolución de imagen que equivale aproximadamente a 4000 píxeles de ancho— se consume la intimidad en cuotas.
En tercer lugar, ese trabajo depende del juicio del consumidor, del cliente, por lo que cuando caen los seguidores, puede haber un conflicto personal sobre la valía. Lo cual es ridículo, creer que una persona es mejor o peor en base a los seguidores de su cuenta.
En cuarto lugar es un empoderamiento irreal, del estilo yo elijo qué hacer con mi cuerpo, cuando no es un argumento correcto, lo eliges porque es una opción disponible, es decir, si no existiera OnlyFans, no lo decidirías y podrías dedicarte a otro trabajo más decente que ponerle precio a tu privacidad.
Es urgente repensar lo que entendemos por trabajo, por dignidad y por libertad, antes de que lo digital termine de devorarlo todo.
